El álbum recibió una crítica moderadamente positiva de Birchmeier, quién comentó que era un «esfuerzo acústico despojado» que calificó de «impresionante». El álbum incluye también a una canción llamada «Que nadie vea», en la que el artista canta acerca del tema de la homosexualidad. Tenía una relación con el empresario Luciano Szafir, padre de su única hija Sasha.
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